Escuchar a la muerte nos aleja de nuestro espíritu de superación. Es algo lógico, sin vida no hay acción y sin acción no existe el cambio. Es en este punto de la deducción cuando oyes frases como: " Ya ves tú, en 100 años todos calvos", " La vida es corta y hay que disfrutarla" en resumen, la escusa perfecta para hacer el vago.
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Imagina que en el margen de tiempo de un año, tu esperanza de vida aumentara en un año. ¿Te salen las cuentas? Voilá, nunca envejecerías. Lo más interesante de todo esto es que no hablo de un futuro lejano, sería cuestión de unos 20 o 30 años.
Fíjate tú que al final os vais a quedar sin escusa para no ir en dirección a lo que más queréis, sueños, metas y objetivos. Ya no vale el típico, "Total, si me voy a morir algún día".
Tenemos una mente lógica que razona de la siguiente manera: "Si todos han muerto en el pasado, yo moriré el futuro". Dejando aparte debates sobre la conexión entre causa y efecto, nuestra mente también es congruente y podríamos cambiar el anterior razonamiento por "Voy a vivir mucho tiempo". ¿Os hacéis una idea del impacto que tendría sobre la sociedad?
Seríamos más proactivos y el resultado es simple: producir más y consumir menos, cosa que no gustaría un pelo a los millonetis lava cerebros.
Cuidaríamos más el planeta tierra porque estaríamos mucho más concienciados y los genios del siglo XXI podrían seguir sacando nuevos avances médicos y energías renovables sostenibles.
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