Danza interior

Del orden al caos, de la teoría a la práctica, lógica y sentimientos.

Rígido, metálico y calculador, ¿estáis despiertos?

Y es lo que pienso, no lo que siento, lo que me rompe por dentro.

Dejarse llevar, una ola del mar, donde te lleve el viento.

Dejar de actuar, vamos a flotar, es un puto concierto.

 

Ya llega el final, ¿ahora quieres jugar?, se acabó tu tiempo.

Fear technology

Tienes miedo, todo tu cuerpo se paraliza y te cuesta respirar. Tu mente tiene ganas de jugar y te proyecta los peores escenarios posibles. Con nacimiento en tu glándula suprarrenal, un río de cortisol comienza su particular trayecto. Que empiece el juego.

Escuchas a tu cuerpo y decides actuar en solitario, ¿Para qué seguir las indicaciones de un mecanismo evolutivo desfasado? Tu verdadero tú emerge enérgico de entre las aguas estancadas por la confusión. Eliges crecimiento y progreso sobre retroceso y empeoramiento. Avanzas seguro de ti mismo cual guerrero caminando con paso firme entre las líneas enemigas. Das un paso, dos pasos; abres la puerta. Tampoco era para tanto.

  

Concierto a media noche.

¿Y qué más da cuando todo va al compás? Los roles están claros y las ganas de tocar no faltan. La vergüenza y el sentido común descansan ya por el suelo del teatro. Las gradas, como el atril, vacías, pero el concierto sigue in crescendo. Armonía y caos entre intervalos musicales. Silencio.

No hay aplausos, pero los músicos jadean de puro agotamiento. Do mayor, fin del concierto.