¿Y qué más da cuando todo va al compás? Los roles están claros y las ganas de tocar no faltan. La vergüenza y el sentido común descansan ya por el suelo del teatro. Las gradas, como el atril, vacías, pero el concierto sigue in crescendo. Armonía y caos entre intervalos musicales. Silencio.
No hay aplausos, pero los músicos jadean de puro agotamiento. Do mayor, fin del concierto.
No hay aplausos, pero los músicos jadean de puro agotamiento. Do mayor, fin del concierto.