sábado, 29 de agosto de 2015

Viajar es vivir.


         Nuestro hogar es a la vez cárcel y refugio. Puedes pasar a coger fuerzas o no salir a ver el mundo. Si tienes preguntas, quieres respuestas, y estas no van a tocarte la puerta de tu casa. Cuando andas por tu zona de confort puedes ir seguro, pero jamás realmente orgulloso de ti mismo. ¿ Desde cuando lo fácil nos hace sentir vivos?

Tu mente te dirá: Sal, viaja, descubre y disfruta. Intentarás no escucharla, pero dudo que lo consigas. Un día de estos cogerás la mochila y te irás lejos, tú tranquilo. Recuerda que nuestros genes son nómadas y sería ridículo por tu parte intentar escapar del ADN. Vamos valiente, intenta silenciar tu lado más humano.

Un viaje es como una relación. La manera correcta de equivocarte es pensar que la controlas.

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